Coletazos inesperados; borrador, proyecto, descarte y hoja en blanco.
El objetivo: generar tecnología para el agro.
Todas son startups, o empresas emergentes, creadas por jóvenes
sub-40 que, apoyadas en la tecnología, se lanzaron al mercado
agropecuario. Las empresas de AgTech (Agricultural
Technology) además, cooperan entre sí. La oferta es diversa:
control de tareas, riego, aplicación de fertilizantes, predicción de
clima, venta de ganadería online, análisis de imágenes y
financiación de proyectos agropecuarios.
Christian Zechner, CEO de Sismagro, tiene 37 años y es
ingeniero en informática. Pasaron casi diez años desde que imaginó
crear un software de gestión agropecuaria dirigido a grandes
productores, pero las cosas no funcionaron como él esperaba. Y hubo
que recalcular. La clave estaba en lo simple, lo fácil de utilizar:
un cuaderno de campo para el mediano y pequeño productor, pero
digital.
De la mano de su socio francés, Lothaire Lang, renació
Sismagro en 2015, como una plataforma de gestión agraria en la nube
que permite llevar un registro preciso y actualizado en tiempo real
de la actividad. La plataforma está orientada a productores que
realicen agricultura extensiva en cualquier región. El sistema le
permite al productor sacar el presupuesto de cada labor, el valor de
los insumos o comparar los rendimientos de cada cultivo. También
puede anticipar la ganancia de cada lote y controlar el stock de
galpones. "Esos cálculos que antes hacía a mano o mentalmente ahora
los hace el software", dijo Zechner.
Monitoreo de riego
Si el productor hace riego, puede utilizar Kilimo, una herramienta
desarrollada por dos ingenieros en computación y un ingeniero
agrónomo de entre 29 y 32 años que mediante modelos matemáticos y
procesamiento de grandes cantidades de datos ( big data ) recomienda el
riego más eficiente para cualquier productor.
Jairo Trad, fundador de la empresa cordobesa, explicó:
"Podemos saber cuánta agua utiliza un cultivo extensivo en cualquier
parte del mundo y en cualquier período de crecimiento". Pero no todo
fue fácil: Trad afirmó que junto a sus socios habían fracasado en
otro emprendimiento. "Luego de eso, viajamos más de 40.000 kilómetros
para hablar con productores de riego de todo el país. En su trabajo
diario el productor corre un riesgo muy alto y tenés que darle una
propuesta de retorno alta. Tu producto tiene que ser tan bueno que al
productor no le tiene que quedar otra opción que comprártelo",
afirmó.
Actualmente, Kilimo monitorea 25.000 hectáreas de las 600.000
que hay bajo riego en la Argentina. La empresa también trabaja en más
de 1300 hectáreas en Tennessee y Arkansas, Estados Unidos.
Si se busca optimizar la aplicación de nitrógeno en los suelos, Auravant
ofrece una solución mediante la inteligencia artificial. La
herramienta se nutre de imágenes satelitales, analiza el estado del
cultivo y detecta automáticamente anomalías como zonas de malezas,
estrés hídrico y plagas. "Éramos tres amigos que queríamos emprender:
nos metimos en el agro y nos gustó mucho el sector", dijo Leandro
Sabignoso, nacido en San Nicolás, quien trabajó nueve años en una
empresa de telefonía, pero quería tener su propio emprendimiento.
"Cuando empezamos a trabajar con el agro nos dimos cuenta
de que había mucho por hacer para mejorar la forma de producir,
particularmente en el área de agricultura de precisión. Las
plataformas que había en el mercado eran muy complejas y costosas",
explicó el emprendedor a LA NACION. Auravant está orientada al ingeniero agrónomo y no tanto
al productor. Actualmente superaron las 400.000 hectáreas
monitoreadas y el equipo está desarrollando un servicio de "manchoneo
de herbicida" que presentará el año que viene en Expoagro. El
servicio es una plataforma "freemium", con una modalidad gratuita y
paga por el uso de algunas funcionalidades.
Predecir el clima
Marcos Alvarado tiene de 30 años y es licenciado en Administración de
Empresas. Su relación con el agro comenzó en su Saladillo natal,
donde junto a Sebastián Galdeano y Tomás Alvarado, también
saladillenses, crearon BoosterAgro, una aplicación que
agrupa pronósticos climáticos.
Las cosas no fueron fáciles. "Al principio trabajamos en
un predictor del comportamiento de compra de distintos usuarios, pero
cuando fuimos a comercializarlo ya había empresas que lo estaban
haciendo. Entonces surgió lo del clima, fuimos a estudiar a Estados
Unidos y cuando volvimos desarrollamos una aplicación para el
productor que le brindaba el pronóstico a cinco días", contó
Alvarado. Pero se encontraron con otra pared. "Había más de 300
aplicaciones de clima: hablábamos con los productores de entre 60 y
70 años y nos mostraban los teléfonos con cinco apps instaladas:
nuestro servicio no generaba ningún valor", confiesa. Vuelta a
recalcular. "Necesitábamos pasar más tiempo con ellos", afirmó el
fundador de BoosterAgro. A fines de 2016 recorrieron durante un mes campos en
Saladillo y notaron que cada productor tardaba entre 30 y 40 minutos
en consultar todos los pronósticos y tomar una decisión de laboreo,
por ejemplo, pulverización. "Decidimos agrupar todos los pronósticos
más importantes en un mismo rango de hora: madrugada, mañana, tarde y
noche, con variables simples: lluvia, temperatura, humedad, punto de
rocío y vientos. En cuatro meses pasamos de 100 usuarios a más de
15.000. Para trabajar con el productor el primer mandato es
conocerlos y entenderlos. Si no, el producto falla", afirmó Alvarado.
Enbaca
es un sitio web que se dedica a la compra y venta de cría e
invernada. Según explican desde la empresa, "en baca" es una
expresión del Martín Fierro que significa hacer un acuerdo. Ambos
nacidos en La Pampa, Enrique Zappa, ingeniero electricista, y Natán
Ottavianoni, ingeniero electrónico, crearon una plataforma donde el
productor puede vender y comprar hacienda bajando los costos de
transacción.
"En 2017 empezaron a surgir herramientas financieras para
potenciar el negocio de la ganadería, como la reactivación de la
prenda ganadera y las nuevas líneas crediticias, además de un
contexto macroeconómico favorable. Por eso decidimos ofrecer un canal
de comercialización, exclusivo para productores, en el cual pueden
operar en forma directa con un costo del 1% sobre el valor neto",
explicó Ottavianoni. Enbaca cuenta con 800 productores registrados, a un ritmo
de crecimiento de 5% semanal. Actualmente sólo comercializan en la
Argentina, pero, según explicaron, el objetivo es extender el
servicio a Uruguay, Paraguay y Brasil. "Queremos llegar a 2024 con
20.000 usuarios, ya sean productores ganaderos, feedloteros,
frigoríficos y transportistas", remarcó Ottavianoni.
La magia de los drones
Desde 2015, junto a dos socios, Pietro Di Campello, de SkyAgro,
desarrolla drones de bajo costo que
no requieren pilotaje. "Vimos un faltante de información para tomar
decisiones y queríamos transformar la visión del productor de 2D a
3D", explicó Di Campello, de 35 años.
La empresa importa componentes de China y construye drones exclusivos
para el agro. Además, gestionan un hardware con impresoras 3D que
utilizan para crear componentes y cámaras de fotos modificadas.
"A través de nuestro software podemos monitorear cultivos como
trigo, maíz y soja, y en ganadería saber, por ejemplo, si un lote
está inundado o comido o no comido. Es un producto complejo, por eso
los prototipos se fueron demorando pero tenemos la creencia que con
tecnología todo es posible", afirmó Di Campello.
Cinco usuarios acompañan el desarrollo: la empresa les
otorgó drones para que los utilicen a modo de prueba. Por el momento
tienen 20 pedidos y esperan entregar, a principios de febrero, tres
productos iniciales. "La demanda viene muy bien: hay productores que ya
utilizan drones pero son caros: nuestro objetivo es bajar el costo
con un producto que sea fácil de usar y que valdrá aproximadamente
4500 dólares", concluyó.
Financiamiento colectivo
Alan Boryszanski, de 27 años, creó Wuabi junto a su socio Leonel Badi,
una plataforma de economía colaborativa que agrupa virtualmente a
pequeños inversionistas para que financien proyectos agropecuarios.
La herramienta, lanzada este año, permitió el desarrollo
de tres proyectos: uno de ganadería en Olavarría, un fideicomiso
agropecuario y un convenio para adquisición de maquinaria en Río
Cuarto.
"Primero hacemos una validación del proyecto y evaluamos la
estacionalidad del mercado para ver si tiene sentido lanzarlo o no.
No debitamos el dinero de los usuarios hasta que el proyecto no
alcance su objetivo", explicó el fundador. "El financiamiento
colectivo o crowdfunding marca la diferencia entre pedir mucho
dinero a pocas personas o poco a miles, disminuyendo el riesgo
individual y fomentando la inclusión. Nos entusiasma mucho esta
economía colaborativa", concluyó.
Otras empresas que se destacan en este ecosistema son Pago
Rural que es una solución tecnológica diseñada para las
necesidades del agronegocio que permite gestionar crédito a través
del cual se pueden pagar insumos. Por su parte, La
Rotonda vincula en su plataforma web a los contratistas con los
productores que necesiten sus servicios, Sima es una aplicación móvil de monitoreo
agrícola que registra malezas o plagas y Siembro
es una comunidad de inversores que conecta ahorristas con productores
que necesitan agrocréditos.